No se trata sólo de ordenar una vez, sino de mantener las cosas ordenadas para siempre.
Cuando por fin te decides a ordenar y organizar tu casa, la limpieza y reestructuración iniciales son importantes (y muy satisfactorias), pero mantener el orden en el futuro supondrá un reto mayor. Para llevar una vida más organizada y ordenada a largo plazo, céntrate en tres pilares que forman el Triángulo Organizativo.
El Triángulo Organizativo fue conceptualizado por el organizador profesional Andrew Mellen, el hombre que está detrás de la guía «Unstuff Your Life» y del reto «Destress Your Mess«. Aunque Mellen escribe y habla sobre todo tipo de organización y desorden, describe el Triángulo Organizativo como «la base» de todo su trabajo. Este enfoque de tres niveles proporciona un proceso sencillo para mantener un hogar libre de desorden:
Ten en cuenta estos tres principios cuando empieces a ordenar, y también en el futuro, para que tu casa esté ordenada y no tengas que volver a hacer una gran limpieza dentro de un año. A continuación te explicamos en qué consiste cada paso.
Este paso es crucial cuando se empieza. Sea cual sea la técnica de limpieza que elijas, casi seguro que acabarás clasificando tus pertenencias en función de si quieres conservarlas, tirarlas, donarlas o venderlas. Al alinear tu limpieza con los inquilinos del Triángulo Organizativo, tendrás que evaluar detenidamente todo lo que decidas que quieres conservar.
Todos los objetos de la casa deben tener un espacio asignado, ya sea un cajón, un armario, una cesta o una estantería. Si no se te ocurre un lugar permanente para algo, tendrás que crear uno o deshacerte de ello. Nada debe estar flotando por ahí, moviéndose de un espacio a otro o sin hogar en tu casa. La razón es sencilla: cualquier cosa a la que quieras acceder debe estar en un lugar donde sepas buscarla. Sólo debe estar en uno de estos dos sitios: en el lugar designado o en tus manos. De nada sirve ordenar si los objetos que quedan acaban amontonados en una mesa o no son fáciles de encontrar cuando los necesitas.
El segundo paso consiste en reorganizar el espacio para que las cosas iguales estén siempre juntas. Por ejemplo, no guardes unos destornilladores en el garaje y otros en la cocina, aunque parezca intuitivo imaginar que cuando necesites un destornillador mientras realizas una tarea de interior, te resultará más práctico tener uno más cerca. No guardes una cesta de pilas en cada habitación; ponlas todas juntas.
Si tienes pilas AA en un cajón del salón por si las necesitas para el mando a distancia, pero todas las demás pilas están en una cesta en un armario de la cocina, es posible que no recuerdes dónde encontrar esas pilas AA cuando se apague el mando a distancia del ventilador de tu dormitorio. Irás a buscar en la cesta de la cocina, no encontrarás nada y comprarás pilas AA en la tienda, malgastando dinero. Mientras tanto, las pilas del salón serán un desorden más.
Una buena práctica es minimizar el uso de pilas desechables salvo en circunstancias muy concretas. Las pilas recargables de uso cotidiano son baratas y es fácil tener una pequeña estación de recarga para ellas en casa. Esto no solo ayuda a mantener el orden sino que también es una opción más ecológica.
Este principio es simple pero poderoso: cada vez que traigas algo nuevo a tu hogar, asegúrate de sacar algo viejo. Esto evita la acumulación de objetos innecesarios y te obliga a evaluar constantemente lo que realmente necesitas y usas. Por ejemplo, si compras una nueva prenda de vestir, dona o deshazte de una que ya no uses.
Aplicar estos principios y estrategias del Triángulo Organizativo te permitirá mantener tu hogar ordenado de manera sostenible, evitando la necesidad de grandes limpiezas futuras. ¡Pon manos a la obra y disfruta de un espacio más organizado y funcional!